Nalgadas

(Spanking)

La Academia Americana de Pediatría y la Asociación Nacional de Educación se oponen intensamente al uso de nalgadas. Todos los niños necesitan disciplina en cientos de ocasiones, pero hay alternativas a las nalgadas, como por ejemplo, reorientar (distraer) al niño, retirarle algún privilegio o enviarlo a su cuarto. Se puede criar a los hijos para que sean adultos adaptables, disciplinados, responsables, y productivos sin tener que darles nalgadas.

Existen varios buenos argumentos para no usar el castigo físico en lo absoluto. Las nalgadas acarrean el riesgo de desencadenar la ira reprimida que muchos adultos llevan dentro de sí, aunque dicha ira no tenga ninguna relación con el niño. Esta ira podría desahogarse en las nalgadas y degenerar en maltrato del niño. Los padres que recurren a las nalgadas como último recurso para "quebrantar la voluntad de su hijo" podrían encontrar que han subestimado la determinación de su hijo. Además, el castigo físico empeora el comportamiento agresivo porque le enseña al niño a reaccionar con violencia cuando está enojado. Otras formas de disciplina pueden ser más constructivas, ya que dejan al niño con algún sentido de culpa y contribuyen a la formación de la conciencia.

Nalgadas seguras

Preferiríamos que no diera nalgadas para disciplinar a sus hijos. Castigar físicamente está siendo dejado a un lado en la mayor parte del mundo. Pero si usted considera que debe, a veces, usar un castigo físico con su hijo, siga estas guías generales para asegurarse de no hacerle daño:

  • Siempre utilice primero otras técnicas (como suspender la actividad del momento, y pedirle que se quede tranquilo sin hacer nada). Solamente use el castigo físico para las conductas que sean peligrosas o que desafíen deliberadamente sus instrucciones.
  • Péguele solamente con la mano abierta. Es difícil juzgar la fuerza con que le pega a su hijo si lo hace con un objeto y no con su mano. Las varas y los cinturones podrían lastimarle y causar moretones. El castigo nunca debe provocar más de una coloración rojiza temporal en la piel.
  • Péguele solamente en las nalgas, las piernas o las manos. Golpear a un niño en la cara, además de ser peligroso, es también degradante; de hecho, las bofetadas son inapropiadas a cualquier edad. El niño podría girar su cabeza y la bofetada le podría dañar la visión o el oído.
  • Una nalgada es suficiente para modificar el comportamiento. Pegarle a su hijo más de una vez puede dar desahogo a la ira que usted siente, pero es improbable que le enseñe algo más a su hijo.
  • No dé nalgadas a los niños menores de 18 meses. Las nalgadas son inapropiadas antes de que el niño haya aprendido a caminar y deberían ser innecesarias después de los 6 años de edad porque casi todos los desacuerdos con los niños de edad escolar se pueden resolver platicándole y acomodándose.
  • Debido al grave riesgo de causar coágulos sanguíneos en el cerebro (hematomas subdurales), evite sacudir a un niño pequeño.
  • No utilice el castigo físico más de una vez al día. Cuantos más golpes reciba su hijo, tanto menos efecto tendrán.
  • Encuentre alternativas al castigo físico. Aislar a un niño en un rincón o un cuarto para someterle a una suspensión temporal es mucho más civilizado y eficaz. Aprenda a utilizar otras formas de disciplina. Las nalgadas nunca deben ser la manera principal de disciplina que reciba el niño.
  • Nunca pegue a su hijo cuando usted no está en pleno control, cuando tenga miedo o cuando ha estado bebiendo. Algunos padres o madres, una vez que empiezan a pegarle al hijo, no pueden parar. Son incapaces de controlar su ira y necesitan ayuda ellos mismos, tal como la que ofrecen los grupos de Padres Anónimos. Estos padres y madres deben aprender a alejarse de sus hijos y a no utilizar nunca los castigos físicos.
  • No utilice castigos físicos para el mal comportamiento agresivo, tal como morder, golpear o patear. En esas circunstancias, el castigo físico le enseña a un niño que está bien que una persona mayor golpee a una persona de menor tamaño. A los niños agresivos se les debe enseñar moderación y autocontrol. Estos niños responden mejor a las suspensiones temporales, que les dan oportunidad de pensar acerca del dolor que han causado. Si no utiliza la suspensión temporal de la actividad de su hijo, lea más acerca de la manera en que pueden ser útiles.
  • No permita que las niñeras (babysitters), el personal de atención a los niños y los maestros le peguen a su hijo.


Escrito por B.D. Schmitt, M.D., autor de "Your Child's Health", Bantam Books.
Published originally by McKesson Health Solutions LLC.
Adapted by Premier Care Pediatrics, PA.
Este material se revisa periódicamente y está sujeto a cambios en la medida que aparezca nueva información médica. Se proporciona sólo para fines informativos y educativos, y no pretende reemplazar la evaluación, consejo, diagnóstico o tratamiento médico proporcionados por su profesional de atención de la salud.