Cuando su hijo se queja de dolor en los músculos de los brazos o las piernas, generalmente se debe a un calambre o torcedura muscular. Este tipo de dolor en general no se debe a una lesión en particular. Muchas veces uno siente dolor muscular después de haber hecho ejercicios intensos o de haberse ejercitado demasiado (uso excesivo).
Hay dos causas principales del dolor muscular. Los dolores de corta duración generalmente son causados por calambres musculares. Los músculos de los pies o de las pantorrillas son especialmente propensos a calambres que pueden despertar a un niño dormido. Los dolores continuos generalmente son causados por la actividad agotadora (demasiado uso) o lesiones musculares olvidadas (que ocurrieron el día anterior). Ambos tipos normales de dolor muscular se llaman a veces "dolores de crecimiento," a pesar de que son causados por ejercicio muscular y no por el crecimiento de los huesos.
Un tercio de los niños llegan a tener calambres musculares. Durante los ataques, restire el músculo dolorido y estirando repetidamente el pie y los dedos del pie hacia arriba, hasta donde lleguen, para detener el espasmo. También es muy eficaz dar masaje al músculo dolorido con una bolsa de hielo. Los futuros ataques pueden ser prevenidos haciendo diariamente ejercicios de estiramiento de los ligamentos de los talones (inclinándose hacia adelante con los tobillos flexionados y las rodillas rígidas).
Déle masajes a los músculos doloridos con hielo durante 20 a 30 minutos. Si los músculos siguen estando tensos al tercer día, que su hijo tome un baño de agua caliente por 20 minutos y ejercite lentamente el músculo dolorido debajo del agua. Repita esto 3 o 4 veces al día por 2 días. Puede darle acetaminofeno (Tylenol) para calmar el dolor.
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