Al nacer, el prepucio normalmente está adherido a la cabeza del pene (glande) por una capa de células. Durante los años siguientes (generalmente 5 ó 10), el prepucio se separa de manera natural de la cabeza del pene sin necesidad de ayuda. Gradualmente se afloja (retrae), poco a poco. La mayor parte del cambio probablemente se debe al estiramiento del prepucio causado por las erecciones normales durante la infancia.
Por lo general, el prepucio no causa ningún problema. Sin embargo, intentos excesivos de retraerlo antes de que el prepucio se haya aflojado totalmente pueden hacer que el mismo quede atascado detrás de la cabeza del pene, produciendo hinchazón y dolor intenso. Si esta retracción provoca sangrado, se puede formar una costra e interferir con la retracción natural. A veces el espacio bajo el prepucio se infecta. Casi todos estos problemas pueden ser prevenidos.
Algunos médicos opinan que los padres no deberían intentar hacer retraer el prepucio del bebé, pero esto presenta el riesgo de acumulación de esmegma y de infección. Por lo general, el prepucio requiere de una atención mínima. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a mantener una higiene aceptable.
Durante el primer año de vida, solamente limpie el exterior del prepucio. No trate de retraerlo. No ponga cotonetes de algodón en la abertura.
La retracción suave y parcial puede comenzarse al primer o segundo año de edad. Puede hacerse una vez a la semana durante el baño. Hágalo tirando la piel suavemente hacia atrás sobre el cuerpo del pene, en dirección al abdomen. Esto hará que el prepucio se abra, descubriendo parte del glande.
Durante la retracción, la parte del glande que queda expuesta debe ser lavada con agua. Quite cualquier material blancuzco (esmegma) que esté presente. El esmegma es simplemente la acumulación de células cutáneas muertas que normalmente se desprenden del glande y del revestimiento del prepucio durante toda la vida. No use jabón ni deje agua jabonosa bajo el prepucio porque esto puede causar irritación y tumefacción. Después de la limpieza, siempre vuelva a tirar el prepucio hacia adelante, a su posición normal. (Nota: Una acumulación de esmegma que pueda verse o sentirse a través del prepucio, pero que se encuentra más allá del punto hasta donde puede retraerse el prepucio, debe dejarse allí hasta que la separación normal la exponga.)
Evite la retracción vigorosa porque esto puede hacer que el prepucio quede atascado detrás de la cabeza del pene ("parafimosis"). La retracción es excesiva si produce molestias o llanto.
Cuando su niño tenga 5 ó 6 años de edad, enséñele a retraer él mismo el prepucio y limpiar por debajo del mismo una vez por semana para evitar la falta de higiene y prevenir infecciones. En los primeros años será necesario recordárselo de vez en cuando.
La retracción del prepucio se exagera en nuestra sociedad. Tenga presente que cualquier grado de retracción del prepucio es normal, siempre que el chorro de orina sea normal. No debe haber prisa para lograr la retracción completa. La retracción siempre se completa antes de llegar a la pubertad. En lo que el prepucio se retraiga por sí mismo, el niño debe limpiarse por debajo para evitar infecciones.
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